Los dolores de la prisa,
la agonía del anhelo,
la urgencia del desvelo,
lo violento de la espera.
¡Ay, tempestad de los miserables!
Teme de estas manos
si por un segundo
la agonía del anhelo,
la urgencia del desvelo,
lo violento de la espera.
¡Ay, tempestad de los miserables!
Teme de estas manos
si por un segundo
les das calma.
Fotografía - Texto:
Diego L. Monachelli
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