_____________________________________________________
Nada vencerá a la poesía,
ni el monstruo que rodea
las entrañas que habito.
¡Perversión de la tinta!
Nadie vencerá a la poesía,
ni el monstruo que agita
las entrañas que habito.
Como un silencioso río
parirá mañanas,
junto a la tumba,
en plena quietud
de luna muda,
los nuevos versos.
Nada vencerá a la poesía,
ni el monstruo que rodea
las entrañas que habito.
¡Perversión de la tinta!
Nadie vencerá a la poesía,
ni el monstruo que agita
las entrañas que habito.
Como un silencioso río
parirá mañanas,
junto a la tumba,
en plena quietud
de luna muda,
los nuevos versos.
Nacerá el hombre,
todo hombre y tierra,
desde sus pies a la cresta.
Nacerá al fin
el hijo negro
de la noche negra,
de la tierra negra
con el sol en las costillas
dando lumbre a otro cielo.
Así será, gusano de la nueva seda.
Sus pies serán tallo y raíz,
sus manos, garras
coronando la torpeza
de su antigua gracia...
Ese será el castigo,
será ese el espacio
que hallará su ser
porque así debió ser,
porque así se alzan ya,
insignificancias erguidas.
Pero este tiempo,
no los ve.
El hoy tiene ojos sin pies.
Fotografía - Texto: Diego L. Monachelli
todo hombre y tierra,
desde sus pies a la cresta.
Nacerá al fin
el hijo negro
de la noche negra,
de la tierra negra
con el sol en las costillas
dando lumbre a otro cielo.
Así será, gusano de la nueva seda.
Sus pies serán tallo y raíz,
sus manos, garras
coronando la torpeza
de su antigua gracia...
Ese será el castigo,
será ese el espacio
que hallará su ser
porque así debió ser,
porque así se alzan ya,
insignificancias erguidas.
Pero este tiempo,
no los ve.
El hoy tiene ojos sin pies.
Fotografía - Texto: Diego L. Monachelli
No hay comentarios.:
Publicar un comentario