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Si fallamos al asesinar a Dios
y hoy lleva otros nombres…
No podemos, ni debemos fallar,
en lo imperioso:
Asesinar al público.
…
La enajenación es el sostén del público.
El arte se sustenta por si solo,
la bestia que lo devora
sucumbe ante el vacío.
…
Buscamos la palabra
entre las ruinas del sueño y la mañana.
Insomnio sin gracia.
Dormir sin sueño.
Despertar sin ganas.
Hambre de diversión
saciado en la decadencia.
Resinificar lo cotidiano
o abandonar la vida.
Fotografía - Texto: Diego L. Monachelli
Si fallamos al asesinar a Dios
y hoy lleva otros nombres…
No podemos, ni debemos fallar,
en lo imperioso:
Asesinar al público.
…
La enajenación es el sostén del público.
El arte se sustenta por si solo,
la bestia que lo devora
sucumbe ante el vacío.
…
Buscamos la palabra
entre las ruinas del sueño y la mañana.
Insomnio sin gracia.
Dormir sin sueño.
Despertar sin ganas.
Hambre de diversión
saciado en la decadencia.
Resinificar lo cotidiano
o abandonar la vida.
Fotografía - Texto: Diego L. Monachelli
3 comentarios:
Buenísimo, Diego, foto y poemas.
Respondo solamente al imperativo de arriba: "Haga su comentario".
Muchas gracias por compartir tu trabajo, es un regalo.
Nos gustaría suscribirnos a tus entradas para irlas degustando espaciademente y a poquitos, tal y como se disfrutan los dulces de yema o los fluidos de los cuerpos deseados... pero
no hamos encontrado la forma de suscribirnos. Gracias de nuevo.
Pd: puede que el público sea inocente y que "el arte" sea bastante culpable de dejarse tratar como un mero soporte publicitario. ¡Ay, las vanidades!
Me suscribo a los merecidos elogios de los otros comentaristas (vid. supra) y especialmente me suscribo a lo de suscribirme. ¿como lo haremos?
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